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La fórmula secreta de Circe : ¿Qué se esconde detrás de su legendaria pócima?

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 2 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

Cuenta el mito que Circe, la Diosa bruja, hija del sol, era tan bella como sabia. Sus extensos conocimientos sobre hechicería y herbolaría le convirtieron en una de las brujas más poderosas de todos los tiempos. Sus exquisitos saberes y extraordinarias fórmulas le permitieron tener una horda de “bestias” bajo su mandato, poseer el corazón de cualquier hombre, transformar el transcurso del tiempo y hasta degradar la naturaleza y el alma de todos aquellos que fueran víctimas de su “hospitalaria traición”.


Según la Odisea, la hechicera Circe vivía en una gran mansión de piedra situada en el centro del extenso bosque de la isla de Eea. Su morada estaba rodeada de bestias, leones y lobos mansos, anteriormente hombres, cuyos instintos habían sido aplacados por la voluntad de la bruja. El mismo destino de estas bestias corrió la tripulación de Ulises, presos del efecto de la legendaria poción de Circe. ¿Qué secretos encierra esta legendaria pócima? ¿Qué elementos fueron usados por la hechicera? Para aventurarnos a hacer algún tipo de interpretación debemos de detenernos y leer los siguientes fragmentos de la Odisea.


“Se detuvieron en los umbrales de la diosa de bellos rizos,

y oyeron a Circe cantando dentro bellamente

mientras trabajaba en su telar grande e inmortal, ¡qué suaves,

agradables y espléndidas son las labores de las diosas!”

“Ella tejía dentro cantando bellamente y trabajando en su telar con lanzadera de oro.”

“Ante ellos mezcló queso, harina, amarilla miel con vino de Pramnio, pero añadió al alimento pócimas funestas para que se olvidaran por completo de la tierra patria.”

“En ella mezcló la mujer semejante a los dioses vino de Pramnio, encima raspó queso de cabra con un rascador de bronce, y esparció por encima blanca harina, y les invitó a beber, cuando tuvo preparado el brebaje.”

“Cuando se lo dio y lo bebieron, entonces tras haberlos golpeado con la varita los encerró en pocilgas. Y éstos tenían cabeza, voz, pelambre y cuerpo de cerdos, pero su mente quedó inalterable, como antes. Así quedaron encerrados llorando, y Circe les echó de comer bellotas, fabucos y el fruto del cornejo, las cosas que comen los cerdos que duermen en el suelo”


El efecto principal de la poción residía en la degradación de lo humano en lo animal, todos los marineros son transformados morfológicamente en animales, presos de los instintos, pasiones y delirios, pero también amansados por la gran Circe. Aunque sus mentes permanecieron inalterables, los recuerdos sobre la “tierra patria” fueron borrados y se esfumaron como si de humo se tratase. Pero la poción de Circe no solo hacía olvidar, amansar y transformar, también sumió por completo a la tripulación en una ilusión en la que el transcurso del tiempo les pareció tan rápido que cuando fueron devueltos a su forma humana creyeron que solo había pasado días, cuando en realidad la influencia de la bruja había durado años sobre ellos.




Flor de luna (datura), Ojo del diablo (beleño), Sombra nocturna (belladona), Lengua de buey (borraja)…etc


Según Anne Pratt, una de las ilustradoras botánicas inglesas más conocidas de la época victoriana, una o más plantas como estas probablemente suministraron delirios anticolinérgicos para la poción con vino que J. M. Waterhouse pintó junto a la diosa bruja Circe. “La atropina puede matar; en dosis bajas, estos delirantes pueden inducir alucinaciones de volar o de transformarse en animales”.

Sean cuales sean los elementos que compongan esta enigmática fórmula, tan solo son interpretaciones, lecturas y deducciones que no pueden llegar a ser certeras, pues el mito sigue siendo eso, un mito, repleto de secretos y acertijos.

 
 
 

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