La Bruja como heroína y justiciera; Un análisis sobre el papel de la bruja en el Evangelio de Aradia
- Admin
- 4 mar 2019
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Con motivo del próximo día ocho de marzo, día internacional de la mujer y la lucha feminista por los derechos de las mujeres, en Sevilla Pagana hemos querido ensalzar la figura de la bruja como heroína, justiciera y mujer que lucha por los derechos de los oprimidos a través de este breve análisis del Evangelio de Aradia, en el cual, la bruja aparece en varias ocasiones abanderando a la justicia social, mediante el uso de la magia y del conocimiento de la naturaleza para la “destrucción” de las estructuras de poder opresoras de la época.
Desde un perspectiva social e histórica, aunque íntimamente ligada al corpus religioso del evangelio de Aradia, podemos percatarnos de que la figura de bruja que nos intenta transmitir la obra, está cargada de matices, destacando su faceta cómo heroína con tintes revolucionarios e incluso feministas.
Se dice que Aradia nace en el norte de Italia en el año 1313, por lo tanto, el evangelio de las brujas está “impregnado” por diversas ideologías y condicionado por las diversas estructuras sociales que se han venido dando desde el S.XIV. Debemos destacar que en el S.XIV el sistema feudalista estaba muy extendido por gran parte de Europa, siendo dos de sus focos principales Alemania y el norte de Italia. Podemos por consiguiente afirmar que en la sociedad donde se fraguó el evangelio poseía una pronunciada estratificación social a la par de un sistema de relaciones de poder profundamente desigual y opresor.
Y enseñarás el arte de envenenar,
De envenenar a los que son señores poderosos de todo;
Sí, tú harás que mueran en sus palacios;
Y atarás el alma del opresor (con el poder);
Y cuando halles un campesino que es rico,
Entonces enseñarás a la bruja, tu alumna,
cómo arruinar todas sus cosechas con tempestades horribles,
Con relámpagos y con truenos
Y con granizo y viento.
En estas líneas podemos leer toda una declaración de intenciones, la bruja desempeña un papel cargado de matices políticos, actúa como liberadora del oprimido a la vez que castiga duramente al opresor y a la “élite”. Diana le trasmite a su hija Aradia que debe de enseñar a envenenar a los señores poderosos. Toda esta carga ideológica sugiere pensar que la figura de la bruja de aquel entonces dista mucho de la figura de la bruja actual, pues cabe la posibilidad de pensar que la bruja del S.XIV actuaba por encima del bien y del mal, por encima de cualquier norma social o divina, pues su fin es fundamentalmente político/ religioso, liberar a los siervos de toda esclavitud, romper las cadenas de la opresión y liberar al pueblo aunque dicho fin suponga llevar a cabo actos que actualmente son considerados “maliciosos”.
Por otro lado, encontramos que la condición de bruja dota a la mujer de un poder superior que el de su “señor” (generalmente hombres con títulos nobiliarios; duques, marqueses, condes...etc). Además, en determinadas líneas de la obra encontramos lo siguiente: “Nunca más serás hija de Caín, ni como a la raza a la que pertenece. Malvado e infame por el sufrimiento...”. Recordemos que Caín en el Génesis fue el primogénito varón de Adán y Eva, el cual asesinó a su hermano Abel. Esto supone que la bruja destierra el papel de sumisión ante la figura del varón malvado, poderoso y cristiano. Esta capacidad de decisión de la mujer (bruja) del siglo XIV-XIX le otorga un sorprendente poder social, que enaltece y sugiere un empoderamiento de la mujer.
Como comentario final podríamos señalar que Aradia: El evangelio de la Brujas es una obra cargada de matices y que encierra entre líneas muchos conocimientos. Sin duda es un texto que puede suscitar polémica e incluso algo de rechazo en algunas de sus partes, pero es precisamente esa confrontación de ideas la que inducen al lector a la reflexión que dota de una perspectiva mucho más amplia e interesante sobre la divinidad y la figura de la bruja aradiana.
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